hola A. felipe,
Las fiestas, ferias y celebraciones promovidas por diferentes entes gubernamentales es un ejemplo clásico de la falacia de la ventana rota del economista Frederic Bastiat. Cuando el gobierno destina recursos para promover alguna actividad económica, tiene que primero quitarle esos recursos al ciudadano común mediante impuestos. En este caso, la alcaldía y la gobernación le quitan el dinero a los contribuyentes para que al final, este dinero quede en manos de organizadores y vendedores de licor.
En un caso ideal, el aporte del gobierno es nulo a la economía. Pero en un grupo tan largo de personas como contribuyentes, algunos destinarían el dinero pagado en impuesto para el ahorro o la inversión, pasos importantes para incrementar la productividad.
En conclusión, un verdadero progreso se lograría si por ejemplo una alcaldía decidiera cancelar cierta celebración y recortando impuestos.